....."… - Voy a cumplir cien años, y he visto cambiar todo, hasta la posición de los astros en el universo, pero todavía no he visto cambiar nada en este país –decía- . Aquí se hacen nuevas constituciones, nuevas leyes, nuevas guerras cada tres meses, pero seguimos en la Colonia …"


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Black

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Sheets of empty canvas, untouched sheets of clay
Were laid spread out before me as her body once did.
All five horizons revolved around her soul
As the earth to the sun
Now the air I tasted and breathed has taken a turn
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Ooh, and all I taught her was everything
Ooh, I know she gave me all that she wore
And now my bitter hands chafe beneath the clouds
Of what was everything.
Oh, the pictures have all been washed in black, tattooed everything...
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I take a walk outside
I'm surrounded by some kids at play
I can feel their laughter, so why do I sear?
Oh, and twisted thoughts that spin round my head
I'm spinning, oh, I'm spinning
How quick the sun can drop away
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And now my bitter hands cradle broken glass
Of what was everything?
All the pictures have all been washed in black, tattooed everything...
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All the love gone bad turned my world to black
Tattooed all I see, all that I am, all I'll be... yeah...
Uh huh... uh huh... ooh...
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I know someday you'll have a beautiful life,
I know you'll be a sun in somebody else's sky, but why
Why, why can't it be, can't it be mine...

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..............................................................................................................................Eddie Vedder
.......................................................................................................................................(Pearl Jam)

domingo, 30 de mayo de 2010

La Peste

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Desde este punto de vista, todos llegaron a vivir la ley de la peste, más eficaz cuanto más mediocre. Ni uno entre nosotros tenía grandes sentimientos. Pero todos experimentaban sentimientos monótonos. «Ya es hora de que esto termine», decían, porque en tiempo de peste es normal buscar el fin del sufrimiento colectivo y porque, de hecho, deseaban que terminase. Pero todo se decía sin el ardor ni la actitud de los primeros tiempos, se decía sólo con las pocas razones que nos quedaban todavía claras y que eran muy pobres. Al grande y furioso impulso de las primeras semanas había sucedido un decaimiento que hubiera sido erróneo tomar por resignación, pero que no dejaba de ser una especie de consentimiento provisional.Nuestros conciudadanos se habían puesto al compás de la peste, se habían adaptado, como se dice, porque no había medio de hacer otra cosa. Todavía tenían la actitud que se tiene ante la desgracia o el sufrimiento, pero ya no eran para ellos punzantes. El doctor Rieux consideraba que, justamente, esto era un desastre, porque el hábito de la desesperación es peor que la desesperación misma. Antes, los separados no eran tan infelices porque en su sufrimiento había un fuego que ahora ya se había extinguido. En el presente, se les veía en las esquinas, en los cafés o en casa de los amigos, plácidos y distraídos, con miradas tan llenas de tedio que, por culpa de ellos, toda la ciudad parecía una sala de espera. Los que tenían un oficio cumplían con él en el estilo mismo de la peste: meticulosamente y sin brillo. Todo el mundo era modesto. Por primera vez los separados hablaban del ausente si escrúpulos, no tenían inconvenientes en emplear el lenguaje de todos, en considerar su separación enfocándola como a las estadísticas de la epidemia. Hasta allí habían hurtado furiosamente su sufrimiento a la desgracia colectiva, pero ahora aceptaban la confusión. Sin memoria y sin esperanza, vivían instalados en el presente. A decir verdad, todo se volvía presente. La peste había quitado a todos la posibilidad de amor e incluso de amistad. Pues el amor exige un poco de porvenir y para nosotros no había ya mas que instantes.
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La Peste....................................
Albert Camus....................



martes, 2 de marzo de 2010

Adios, Carnaval...

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FLOR DE MI BARRIO (In Fusion)
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Muchos dicen por ahí
Que lo nuestro es pasajero
Y no saben que es sincero
El cariño que nos une
Nuestro amor nace en el suelo
Se levanta, toma vuelo
Y va jugando entre las nubes

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Otros dicen con razón
Que ando mal si no te tengo
Durante el día te extraño
Y por las noches te sueño
Que soy un fantasma errante
Si llegaras a faltarme
De mis actos no soy dueño
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Dulce
melodía de arrabal
Ritmo de las calles de mi barrio
Llama que se enciende en la ciudad
Cuando así lo indica el calendario
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Sácame la bronca,
La tristeza, la amargura de la piel
Traeme sueños que me marquen el camino
Pintame un loco y colorido anochecer
Por tantos días de miserias y de hastío
Dame una mano para volver a creer
Dame la magia que juntas en cada esquina
Inflame el pecho de locura y de placer...
Murga querida
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Murga flor de mi barrio
Canción que no se calla
Sin vos no puedo vivir
Nunca te vayas
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Sol que ilumina sueños
de paz, pan y trabajo
Sabe que lo mas lindo del mundo
Se hace de abajo
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Y si llega el
carnaval
Voy como un loco a tu lado
Y te regalo mi baile
de Arlequín enamorado
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Cantar de mil veredas
Ejercicio de locura
Que hace olvidar las penas
Cuando la mano esta dura
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Procesión de atorrantes
Levantan polvo del suelo
Quiero que el almanaque marque
Siempre Febrero

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Y un día de carnaval
De un salto llegaré al cielo

Con la sonrisa pintada
Te miraré con deseo.
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¿Yo? ¡Murguero!
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miércoles, 27 de enero de 2010

El diario de Ana Frank

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Martes 7 de marzo de 1944

Querida Kitty:
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Cuando recuerdo mi vida durante el año 1942, todo se me antoja irreal. La Ana que disfrutaba de esa existencia celestial era muy diferente a la que maduró entre estas paredes. Sí, era una vida celestial: admiradores en cada esquina, una veintena de amigas, no todas íntimas, desde luego, la predilecta de la mayoría de mis profesores, y mimada a más no poder por mis padres con bombones, con dinero para pequeños gastos… ¿Qué más pedir?
Tú te preguntarás como tenía a tanta gente prendada. Peter* cree que gracias a mis atractivos, pero no es del todo cierto. Los profesores encontraban ocurrentes mis salidas y mis observaciones; mi rostro era riente; mi sentido crítico, original y encantador. Yo era una coqueta incorregible y también divertida. Algunas de mis cualidades me hacían popular, es decir, la aplicación, la honestidad, la franqueza y la generosidad. Nunca le hubiera negado a un condiscípulo que copiase una de mis tareas; repartía las golosinas generosamente, y jamás fui vanidosa.
Toda esta admiración, ¿no ha hecho de mí una joven arrogante? Tuve la suerte de arrojada bruscamente a la realidad, y he necesitado más de un año para habituarme a una vida desprovista de toda admiración.
¿Mi reputación en la escuela? Fue así: siempre la primera en chacotear y gastar bromas, la eterna jaranera, nunca llorona ni caprichosa. Para que me acompañasen en bicicleta o ser objeto de una atención cualquiera, no tenía mas que levantar el dedo meñique.
A Ana, la escolar de entonces, la veo ahora como una chiquilla encantadora, pero muy superficial, que no tiene nada que ver conmigo. Peter, muy a propósito, ha dicho de mí:
- Cada vez que te veía, tenías al lado a dos muchachos o más, y una fila de muchachas. Reías siempre y eras constantemente el centro de la pandilla.
¿Qué queda de aquella muchacha? No he olvidado la risa ni las ocurrencias, y no me canso de criticar a la gente como antes, quizá más que antes; todavía soy capaz de flirtear si… quiero. Esa es la cuestión: me gustaría, por espacio de una velada, de algunos días o de una semana, volver a ser la de antes, alegre, aparentemente despreocupada. Pero al cabo de una semana, me sentiría saturada,
y vería con gratitud al primero que llegara y fuese capaz de hablar de algo que valiera la pena. Ya no necesito adoradores o admiradores seducidos por una sonrisa lisonjera, sino amigos cautivados por mi carácter y mi proceder. Comprendo que estas exigencias reducirían mucho mi círculo de íntimos, pero ¿Qué le vamos a hacer? Lo importante es conservar algunas personas sinceras a mi alrededor.
A pesar de todo, mi felicidad de 1942 tampoco era completa. Con frecuencia me sentía abandonada. Me movía demasiado de la mañana a la noche para pensar en ello, y me divertía cuanto podía. Consciente o inconscientemente, trataba de olvidar en vacío que sentía divirtiéndome así. Mientras que ahora miro las cosas de frente y estudio. Aquel período de mi vida terminó irrevocablemente. Los años de escuela, su tranquilidad y su despreocupación, nunca más volverán.
 Los he superado y ya no los deseo; sería incapaz de seguir pensando únicamente en la diversión; una pequeña parte de mí exigiría siempre cierta seriedad.
Puedo ver mi vida, hasta el año 1944, a través de una lupa despiadada. Primero, nuestra casa bañada de sol; luego, aquí desde 1942, el brusco cambio, las disputas, las reprimendas, etc. Me tomaron desprevenida, como si hubiera recibido un mazazo, y, para darme ánimo, me volví insolente.
La primera parte de 1943: crisis de lágrimas, soledad infinita, lenta comprensión de todos mis defectos que, graves ya, parecían agravarse aun más. Durante todo el día, hablaba a tuertas y derechas, tratando de poner a Pim** de mi parte. No lo conseguí. Me hallaba sola ante la difícil tarea de cambiarme a mi misma, con el fin de no seguir provocando reproches; porque estos me deprimían y me desesperaban.
La segunda parte del año fue un poco mejor; me transformé en jovencita, y los mayores comenzaron a tratarme más bien como uno de ellos. Empecé a reflexionar, a escribir cuentos. Por fin comprendí que los demás no tenían ya el derecho de utilizarme como una pelota de tenis, enviándome a un lado y a otro.
Decidí cambiar y formarme según mi propia voluntad. Pero lo más difícil fue confesarme que ni siquiera papá sería nunca mi confidente en todas las cosas. Ya no podía tener confianza en nadie, salvo en mi misma.
Después de año nuevo, otro cambio: mi anhelo… deseaba tener a un muchacho como amigo, y no a una muchacha. Había descubierto también la dicha, bajo mi caparazón de superficialidad y alegría. De tiempo en tiempo, al volverme mas seria, me sentía consciente de un deseo sin límites por todo lo que es la belleza y la bondad.
Y por la noche, en la cama, al terminar mis rezos con las palabras
“Gracias, Dios mío, por todo lo que es bueno, amable y hermoso”, mi corazón se regocija. Lo “bueno” es la seguridad de nuestro escondite, de mi salud intacta, de todo mi ser. Lo “amable” es Peter, es el despertar de una ternura que nosotros sentimos, sin osar todavía, ni el uno ni el otro, nombrarla o tan siquiera rozarla, pero que se revelará: el amor, el porvenir, la felicidad. Lo “hermoso” es el mundo, la naturaleza, la belleza, y todo cuanto es exquisito y admirable.
No pienso ya en la miseria, sino en la belleza que sobrevivirá.
He ahí una gran diferencia entre mamá y yo. Cuando se está desalentado y triste, ella aconseja:
- ¡Pensemos en las desgracias de mundo, y alegrémonos de estar al abrigo!
Y yo, por mi parte aconsejo:
- Sal, sal a los campos, mira la naturaleza y el sol, ve al aire libre y trata de reencontrar la dicha en ti misma y en Dios. Piensa en la belleza que se encuentra todavía en ti y a tu alrededor. ¡Sé dichosa!
En mi opinión, el consejo de mamá no conduce a nada, porque
¿qué hay que hacer cuando nos encontramos en desgracia? ¿No salir de ella? En tal caso, así estaríamos perdidos. En cambio, juzgo que volviéndonos hacia lo que es bello –la naturaleza, el sol, la libertad, lo hermoso que hay en nosotros– nos sentimos enriquecidos. Al no perder esto de vista, volvemos a encontrarnos en Dios, y recuperamos el equilibrio.
Aquel que es feliz puede hacer dichosos a los demás. Quién no pierda el valor ni la confianza, jamás perecerá en la calamidad.
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Tuya,
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......................................ANA

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*Peter: joven compañero de Ana durante su vida en el escondite.
**Pim: Apodo con el que Ana llamaba a su padre.

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“El Diario de Ana Frank"
Ana Frank.................
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